Daniel trabaja en la planta de Cambrin y Belgrano de la Cooperativa Eléctrica. Soluciona problemas pero, sobre todo, es responsable junto a sus compañeros de que los vecinos de Trelew ni siquiera noten que bajos sus pies corran líquidos porque es parte del sistema que los expulsa por las cloacas fuera de la ciudad.

Lleva 30 años trabajando allí y dice, como golpeándose el pecho, que siente orgullo de la empresa que lo cobijó en los momentos duros del después, y de los compañeros que lo sostienen cuando llegan estos días. Porque Daniel desembarcó en Malvinas el 2 de abril de 1982, el mismo día que vio por primera vez las balas enemigas y no volvió al continente hasta que vivió “el peor recuerdo que tengo” de aquellos días, la derrota del final.

En este 2 de abril especial por el mundo que nos rodea, en los que convivimos con una pandemia que nadie sabe muy bien cuándo terminará ni cuáles serán sus efectos finales, la Cooperativa Eléctrica de Trelew quiere brindar su homenaje a los héroes de Malvinas compartiéndolo con Daniel, un hombre de la casa que fue la guerra por todos nosotros.

Tiene la palabra…

Las Islas…

“No son días fáciles Se siente cuando se acerca la fecha, el recuerdo de algunos compañeros que perdí en la guerra. Es muy difícil, esta semana es muy difícil…”

“Me tocó tomar Malvinas: pertenecía al batallón de infantería de marina número II y participé del Operativo Rosario, la recuperación de las Islas”.

“Viajé en el Cabo San Antonio. También iba con nosotros el coronel Seineldín. Que llevó al Regimiento XXV y se embarcaron con nosotros en Puerto Belgrano. Salimos el 30 de marzo”.

“Cuando íbamos llegando nos empezaron a mostrar diapositivas porque no teníamos noción de lo que era Malvinas. Y ahí nos decían que cada sección tendría un rol de combate al llegar. Me tocó estar en la toma de los tanques de combustible y gas, otros fueron a Casa de Gobierno y a distintas partes de la ciudad”

“Desembarcamos a eso de las seis de la mañana. Anteriormente lo había hecho la Infantería de Marina que había tomado el cuartel de los Royal (Royal Marines) para que nosotros pudiéramos llegar más tranquilos”.

“Cuando estábamos por tocar tierra con los vehículos anfibios, ingleses apostados en la costa nos comenzaron a disparar con morteros. Fue la primera vez que experimentamos un bombardeo enemigo”.

“Desembarcamos, hicimos cabecera en playa, formamos línea y avanzamos. Armamos una sección de morteros, que son las primeras imágenes que se suelen ver en las revistas de aquella época”.

“Después que tomamos Malvinas se informó de las bajas, la del capitán Giachino, de Trelew que cayó en Casa de Gobierno y la del primer soldado en morir en Malvinas, que fue Mario Almonacid, de Comodoro Rivadavia. Murió en (isla) Georgia”.

“Teníamos la orden de desalojar a toda la gente de la ciudad. Sin maltratar a nadie, solamente teníamos que ingresar a los domicilios y requisar. Ellos debían que salir con algo blanco. No nos entendían y era de madrugada”.

“Llevamos a toda la gente a la calle principal de Malvinas. Después que se requisó todo ellos volvieron a hacer vida normal. Y nosotros nos quedamos ahí hasta que llegara la otra fuerza, el grueso del ejército. Nos quedemos para hacer vigilancia en el muelle, en Casa de Gobierno donde los comandos tenían de prisioneros a los royal marines, y patrullando la ciudad”.

“En ese momento estábamos allí la tercera sección del batallón de infantería de marina número II, compañía Delta, y la compañía que comandaba Seineldín”.

“Infantería de Marina es una fuerza de desembarco y le pasa el mando al ejército. Se suponía que a nosotros nos iban a hace relevo a los 30 días pero eso nunca ocurrió, estuvimos hasta el final de la guerra”

“Lo que más me quedó grabado a mí fue la derrota. El día de la derrota. Ver bajar nuestra bandera. Yo creo que llorábamos todos. Había gente que no quería rendirse, que seguía combatiendo cuando ya se había dado la orden de rendición. Ver cómo bajábamos de la posición, heridos, fue lo más triste. Es lo que me quedó grabado…”.

“Sentíamos que lo que habíamos hecho no había servido. Nos sentíamos mal, la mayoría.  Cada cual lo vivió a su manera en diferentes sectores de Malvinas. A mí me tocó estar frente a la ciudad, en Bahía Gamber”.

El regreso…

“Llevo 30 años trabajando acá. La Cooperativa me dio todo y por eso le agradezco, al igual que al sindicato Luz y Fuerza. De ambos estoy orgulloso. Gracias a ellos pude criar a mis hijos”.

“En esos años fueron muy difíciles para nosotros. Cuando volvimos decías que eras ex combatiente de Malvinas y era muy difícil que te dieran trabajos. Todos tenían dudas, no sabían si estabas bien, no te querían tomar”.

“Por suerte logré entrar a trabajar acá- Me costó mucho y por eso estoy muy orgulloso de la Cooperativa Eléctrica… Lo que más quería yo era darle de comer a mis hijos…

El día a día

“Trabajo en la planta de Cambrin y Belgrano, bombeamos el líquido cloacal a la planta de Carrasco. Mis compañeros son excelentes, con mucha experiencia. Me tienen un respeto muy grande. Saben que soy excombatiente y siempre para esta esta fecha me saludan, es un orgullo compartir con ellos”.

“Yo trato de evitar hablar de Malvinas, me trae muchos recuerdos y más en esta fecha…”

“Todo ex combatiente tiene un sueño: volver a Malvinas. Antes de morirme quiero volver con mis hijos y decirles a donde estuvo su padre y recordar esos fantasmas de la guerra. Tengo muchas ganas de volver, ojalá pueda hacerlo. Y creo que la mayoría de los ex combatientes los quieren hacer”.

“Este 2 de Abril es atípico para nosotros por la cuarentena- Quiero saludar todos los veteranos que están en su casa con sus familias. Es como otra batalla más. Entre todos estando en casa vamos a luchar contra la enfermedad. El mensaje es que pongamos una bandera en la casa para recordar a nuestros verdaderos héroes, que son los que quedaron en Malvinas…”.